jueves, 18 de septiembre de 2014

Mi experiencia con el Ayahuasca

Les comparto a continuación un pequeño relato en audio sobre mi opinión con el ayahuasca, un té del amazonas que se toma en un ritual espiritual chamánico. Ritual que tomé los días 20 de julio de 2014 y mi segunda toma el 12 de septiembre del mismo año. 




jueves, 16 de enero de 2014

Después de una catarsis liberadora

Antes que nada, gracias a todos por los comentarios de mi relato no muy "agradable" ni "luminoso" jajaja, que tenía que ver con un diálogo interno que estaba teniendo en ese momento donde no sabía qué hacer! Entonces al menos se me ocurrió escribirlo, no guardarme nada de él y hasta dramatizarlo, como quien está con pocas ganas de vomitar y se comienza a meter el dedo en la garganta hasta que comienzan las arcadas y luego vomita todo... todo. Sin guardase nada!

No es muy agradable la alegoría del vómito, si consideramos al vómito como algo malo, como "hacer caca", pero si consideramos que en la naturaleza todo es vida y muerte, creación y destrucción, algo entra y algo sale, también en nosotros, en nuestro cuerpo entran alimentos y salen pis, caca, vómitos y moquitos. En nuestras psiquis entran impresiones de vida, experiencias agradables y desagradables y salen nuestras expresiones humanas (palabras, acciones y pensamientos). Todo filtrado por nuestra bendita mente (que estará más mansita o más salvaje y dictadora dependiendo de la alimentación que le hayamos dado a lo largo de nuestra existencia), desde luego! Lo que he notado es que en nuestro mundo cultural es mejor visto compartir escritos sobre cosas "agradables", y a veces me dejo llevar por ello, omitiendo mis momentos desagradables. Pero hay momentos en los que siento vomitar y recordar que también esos procesos son partekhatarsis que significa "purificación"), luego viene una calma, una paz interior, un nuevo equilibrio. En mi caso, comprobé que luego de esta catarsis en especial, de antes de ayer: http://otrobuscador.blogspot.com.ar/2014/01/conviviendo-con-mi-propio-enemigo.html
de mi Ser y sin ellos quizás sería como tener ganas de hacer caca y aguantarte las ganas (seguro a más de alguno le habrá pasado y sabrá lo feo que es). Creo que soy hijo de mis crisis y mis catarsis, sin ellas, andaría con caca y vomitos retenidos y mi mayor luz no podría verse, escondida atrás de esa materia fecal emocional y espiritual. Una vez que nos vaciamos de nuestros procesos emocionales, en lo que se conoce como "catarsis" (del griego
me sobrevino una paz, como luego del vómito. La sensación de calma luego de la tormeta que se llevó árboles, techos de casas, autos, etc. 

Fue gracioso ver que era un día antes de luna llena, y ver que mis catarsis generalmente coinciden con la luna llena o dos o tres días antes. Eso corrobora que soy del grupo de los "lunáticos". Comentario al margen. 

Como final de esta historia que puede ser inspiradora para quienes tengan miedo de ver sus partes oscuras, sus basuras emocionales, sus lados ocultos y sientan vergüenza compartirlos, les comparto que luego de esta catarsis personal ocurrió algo muy interesante: De repente, al levantarme al otro día, me vino la inspiración para hacer algo muy postergado en mi caso que era ordenar mi despelote de videos, audios, escritos y demás en un blog (distinto al blog de economía consciente y economía cósmica) y lo que me frenaba era el "no saber como poner links y páginas como menues" dentro del blog. Lo gracioso es que en ese estado de calma y serenidad, agarré el blog, encontré un tutorial (que antes no había encontrado un momento de paciencia para hacerlo), y resultó ser algo bastante fácil. Así que les puedo compartir mi nueva creación gracias a haberme podido vaciar de mis basuras emocionales.Que lo disfruten!





martes, 14 de enero de 2014

Conviviendo con mi propio enemigo



Estaba hace un rato en una reposera en el patio de una (quizás hermosa) noche de verano en Santa Fe. Fui a esa reposera para salir un rato de mi infierno mental. Sentía llorar, y no me salían las lágrimas. Sentía gritar, y no me daba la voz. Quería buscar un culpable y no encontraba a ninguno. Me daba cuenta que fuera adonde fuera, estaba siempre conmigo. Siempre…
Quizás sea un poco pasado de moda decir que mi propio enemigo es mi “ego” o “mi mente” y esas cosas, y suene a que me leí algunos libritos de budismo o lecturas new age que uno incurre cuando le explota un poco el coco, no? Pero creo que en verdad me “cayeron las fichas” (como decimos en Argentina: “me di cuenta”) de que mi “cabezota” es mi propio enemigo. Y más aun, dentro de esa cabezota, una voz que me dice: “te falta, te falta… hiciste mucho pero… te faltó esto… no diste lo mejor de vos hoy… te levantaste tarde… no llamaste a tal persona… no comenzaste a leer tal cosa… etc, etc”.
Fue gracioso ver que en algún momento me molestaba lo que pudieran pensar los otros de mi, y no es que hoy no me moleste, sino que habrá pasado de ser una bofetada, a ser simplemente un mosquito (en comparación a lo que puede dolerme). No obstante, mi mayor juzgador no está afuera, sino adentro mío!!! Y cada tanto se enciende como un pájaro carpintero maldito que me hace la vida imposible!
Quizás suene poco humilde contar, pero no me importa, que nunca recibí tantos halagos juntos como estos últimos 6 meses de mi vida, cuando decidí compartirme más al mundo, dar más de mi. Nunca recibí comentarios de gente totalmente desconocida viendo cosas tan bellas en mi o en las cosas que comparto (que no son más que simples palabras, reflexiones en un videíto, en un escrito corto, etc). Y debería estar disfrutándolo, y sin embargo, pareciera que no me importa un bledo… O quizás, me gustan solo durante “un segundo” que es en el instante que lo leo. Y luego se enciende mi cabezota cada tanto con su látigo. Tampoco vivo en ese infierno, pero cuando se enciende mi ego, es realmente un torturador.
Que suerte que no soy jefe de otros, porque si exigiera a otros como me exijo a mi mismo, realmente sería digno de ser odiado. Por momento me vi como un dictador en potencia y quizás al ver los desastres que mi mente dictadora haría a otros, sólo dejo que me dirija a mi mismo, y en esos momentos vivo realmente un infierno, dentro de mi paraíso…
En este momento, en este instante que estoy escribiendo, a la 1:04 de la mañana en mi cuarto en Santa Fe, debería estar viendo el paraíso que es mi vida (como lo es el de cualquier que se da cuenta de ello) y en vez de ello estoy llorando de impotencia, me siento un idiota. Y hasta me cuestiono el qué hago compartiendo reflexiones de vida a otros cuando me encuentro en estos estados… Lo único que me consuela es que el Dalai Lama dijo que él todos los días observa su ego. Me da intriga saber si el ego del Dalai Lama es tan hijo de puta como el mío, ojalá que no. Y sino, esa sonrisa de paz que tiene es realmente de mucha sabiduría, sabiduría que aun no tengo, pero la ansío.
No le deseo a nadie tener una mente tan dictadora como la mía. Y ojalá estos estados de mierda que vivo me sirvan para aunque sea compartir lo jodido que es el perfeccionismo y la autoexigencia en uno mismo, por sobre cualquier exigencia externa a nosotros.
En este momento me doy cuenta que he avanzado  en  mi vida. Me di cuenta que llegué a odiar y tener mucha rabia a algunas personas, como a un muchacho que me golpeó injustamente a mis 17 años y lo tuve en mi mente como hasta mis 23. Hoy ya no existe una persona así en mis pensamientos. Ya no tengo excusas para enojarme con otros en este momento, y al estar en este estado tan de mierda, en este infierno personal me di cuenta que mi propio enemigo está dentro mío. Antes lo hubiera dicho de manera intelectual, como repitiendo un mantra. Creo que lo leí en el manual del guerrero de la luz de Paulo Coelho: “un guerrero de la luz sabe que no lucha con nadie afuera, sino consigo mismo”.
Quizás me está faltando el saber que ya no tengo que luchar, ni siquiera conmigo mismo. Y dejar de llorar como un boludo… Además me siento un egoísta porque hay tanta gente sufriendo y yo llorando por mi mismo, por no ser perfecto para dar más.
Sé que no existe la perfección, pero mi corazón aun no lo terminó de entender parece. Sino no estaría así. No hay nadie que pueda consolarme, ni mi hermano que se sentó al lado mío a escuchar mis basuras emocionales, mis charlas egocéntricas. Sólo me queda por lo menos contar que no soy perfecto, y que puedo sufrir de manera más egoísta que los más egoístas. Sé que el estado de este momento, por suerte, no es el estado en el que vivo todos los días. Pero sé que tengo un monstruo (o un niño, no lo sé) viviendo dentro mío, esperando agazapado el momento más inoportuno para asaltarme y sacarme de mi preciado paraíso, de ese aquí y ahora.
No sé si avancé mucho, porque sigo llorando como un pelotudo, por lo menos sé que no me importa lo que piense quien me lea. Sé que soy imperfecto aunque me duela, de que tengo un ego grande como una casa y en estos momentos soy el más egocéntrico y pelotudo que pueda existir. Sólo me importo por mi ombligo.
Y qué hago con esto? Las respuestas de librito me cansan: “observá”… Lo intento. Y como sigue mi demonio conmigo, simplemente prefiero delatarlo delante de todos, porque esconderlo es peor.
Que paradójico que la misma mente que a veces me regala inspiraciones e ideas geniales, o me permite contemplar la belleza en todas partes, en otros momentos es una dictadora, una déspota insoportable. Por lo menos, ya que vivo un momento de mierda, lo escribo para recordar cuando esté en el paraíso de vuelta, de que siempre puedo volver al infierno, queda  a tan sólo un pensamiento de distancia…